Lo advirtió la Cepal. El total de pobres en la región asciende a 209 millones de personas. La organización reclama que se mantenga la ayuda estatal al menos en 2021.
El impacto de la pandemia generó los mayores niveles de pobreza en la región en las últimas dos décadas.
La pobreza alcanzó en 2020 en América Latina los niveles más elevados en 12 años, mientras la pobreza extrema en la región marcó su mayor alcance en las últimas dos décadas, como consecuencia de la pandemia de coronavirus. Los registros, que revelan un fuerte deterioro en cuanto al ingreso, empleo y oportunidades en la región, no fueron aún mayores a partir de las medidas estatales que se dispusieron para moderar el impacto.
Así lo indicó la Comisión Económica para América latina y el Caribe (Cepal) en su Panorama Social de la región 2020. La secretaria ejecutiva de la organización, Alicia Bárcena. enfatizó que los auxilios directos que los Estados implementaron el año pasado para aliviar la situación de los sectores más vulnerables, como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) en la Argentina deberían seguir al menos durante este 2021 en el cual “no se va a conseguir la inmunidad de rebaño” con las campañas de vacunación.
La fuerte recesión económica en América latina vivida durante el año de la pandemia hace que la Cepal proyecte que en 2020, la región tuvo una caída de 7,7% del Producto Bruto Interno (PBI); y que la tasa de pobreza extrema alcance al 12,5% de la población total, mientras que un tercio (33,7%) de los habitantes de los países de América Latina es pobre.
En ese sentido, expuso la entidad, los gobiernos de la región implementaron 263 medidas de protección social de emergencia en 2020. Así, alcanzaron al 49,4% de la población, aproximadamente 84 millones de hogares o 326 millones de personas. Sin esas medidas, la incidencia de la pobreza extrema habría alcanzado el 15,8% y la pobreza el 37,2% de la población.
La pandemia ha evidenciado y exacerbado las grandes brechas estructurales de la región y, en la actualidad, se vive un momento de elevada incertidumbre en el que aún no están delineadas ni la forma ni la velocidad de la salida de la crisis. No cabe duda que los costos de la desigualdad se han vuelto insostenibles y que es necesario reconstruir con igualdad y sostenibilidad, apuntando a la creación de un verdadero Estado de bienestar, tarea largamente postergada en la región”, afirmó Bárcena.
Así indica Cepal, a fines de 2020 había 209 millones de personas pobres en América latina, donde también se evidencia “un empeoramiento de los índices de desigualdad en la región y en las tasas de ocupación, en particular en las mujeres. El total de latinoamericanos pobres hacia 2020 supera en 22 millones a las personas que estaban en esa condición al cierre del año previo. En tanto, en pobreza extrema figuran 78 millones de personas, 8 millones más que en 2019.
Reforzó que “la pobreza es mayor en áreas rurales, entre niñas, niños y adolescentes; indígenas y afrodescendientes; y en la población con menores niveles educativos” . Ante la situación, Bárcena manifestó la necesidad e “mantener las medidas de emergencia durante al menos este año” a la vez que instó a los gobiernos de la región a identificar sectores dinamizadores de empleo y acortar las brechas tecnológicas”.
Sin IFE, los cálculos de la Cepal
En la presentación del trabajo, efectuada por videconferencia desde la sede central de la entidad en Santiago de Chile, Bárcena resaltó que las medidas de emergencia desplegadas en distintos países de la región para socorrer a los sectores más vulnerables “permitieron que la pobreza se disparara menos” de lo podría haberlo hecho en medio de la recesión profundizada por las cuarentenas que buscaban contener al COVID-19.
La funcionaria expuso que los casos de Brasil, con el auxilio de emergencia; Argentina con el IFE, lo mismo que Chile y Colombia con su ingreso solidario permitieron amortiguar los números de la pobreza extrema en 2020.
De acuerdo con las estimaciones de la Cepal, en Brasil la pobreza extrema hubiera llegado al 8% de la población, mientras con el auxilio -que el gobierno de Jair Bolsonaro rechaza replicar este año aun con el colapso sanitario en el que se encuentra ese país- alcanzó al 1,4% de la población. Similar situación relató que sucedió en Chile: el IFE hizo que la extrema pobreza llegara 1,6%, cuando sin esa ayuda hubiera estado en 3%.
En cuanto a la Argentina, la Cepal considera que por el IFE, la pobreza extrema quedó en 5,4% a fin de año pasado, mientras que hubiera escalado al 8,1% sin las medidas de auxilio estatal que dispararon el gasto público durante el 2020.
La entidad, instó a “garantizar la protección social universal como pilar central del Estado de bienestar”. Para lograrlo, enfatizó como fundamental implementar o mantener un ingreso básico de emergencia; un bono contra el hambre y para mujeres.
Mientras, para el mediano y largo plazo, se debe avanzar hacia un ingreso básico universal, priorizando a familias con niños, niñas y adolescentes y apostar por sistemas universales, integrales y sostenibles de protección social, incrementando su cobertura, como componente central de un nuevo Estado de bienestar.
También Bárcena llamó a avanzar hacia nuevos pactos sociales y fiscales para la igualdad en tiempos de pandemia, y a garantizar la salud, la educación y la inclusión digital. “La pandemia es una coyuntura crítica que redefine lo que es posible, y abre una ventana de oportunidad para dejar atrás la cultura del privilegio”, afirmó la funcionaria de las Naciones Unidas.