Se trata de un fármaco que utiliza la misma tecnología que la farmacéutica empleó en su vacuna contra el coronavirus. Las pruebas que se inician ahora durarán 24 meses.
En el Día Mundial de la Lucha contra el Sida se conoció este martes que, por primera vez en más de 10 años de estudios, una vacuna candidata contra el VIH llega a la fase 3, la última de ensayos, para poder determinar si efectivamente puede proteger frente a la transmisión del virus.
Se trata de un fármaco desarrollado por Janssen, que utiliza la misma tecnología que la farmacéutica empleó en su vacuna contra el coronavirus: un adenovirus modificado para que transporte al interior de las células del sujeto el ADN de sus proteínas más representativas de manera que el organismo del individuo cree anticuerpos contra ellas.
En efecto son dos vacunas: una codificada con tres proteínas y otra con cuatro, que por tener esta mezcla se llaman mosaico. En ambos casos han superado los estudios de seguridad y se comprobó que crean anticuerpos, según un artículo de The Lancet, citado por El País.
El ensayo durará de 24 a 36 meses para verificar la permanencia e intensidad de la protección, y ya comenzó el reclutamiento de voluntarios (van a ser 250 de 3.800 en España, por ejemplo), de acuerdo con Antonio Fernández, investigador de la farmacéutica. El anterior intento de conseguir una vacuna contra el VIH acabó en 2009 cuando se vio que solo evitaba un 30% de las infecciones.
José Moltó, de la Fundación de la Lucha contra el Sida y uno de los médicos que va a participar en el ensayo, explicó que la tardanza en conseguir esta vacuna se debe a que el VIH tiene una “tremenda variabilidad”.
Lo que hace este medicamento es que se dirige a distintas variantes de las proteínas gag, pol y env del virus, lo que le hace más difícil que evada la acción de los anticuerpos creados. Es, a otro nivel, parecido a lo que sucedió hace ya 25 años con los tratamientos antivirales: empezaron a ser efectivos cuando se combinaron varios que interrumpían el ciclo de replicación del virus en puntos distintos.
El éxito de los tratamientos actuales hace que una pastilla al día mantenga el virus controlado y lo reduzca tanto que la persona infectada no puede transmitirlo a otra, pero su éxito ha frenado la investigación reciente para una vacuna, según Esteban Martínez, presidente de Gesida.